La memoria es una de las principales funciones del
cerebro y su objetivo es recoger y guardar la información proveniente del mundo
externo, para evocarla cuando sea necesario El sustrato de la memoria es un
sistema funcional, en el cual participan diversas áreas cerebrales, cada una de
las cuales hace una contribución relativamente especifica a la función normal.
A modo de ejemplo podemos decir que el hipocampo (en la cara interna de los
lóbulos temporales) es fundamental para conservar la información de lo que
sucede en ese momento; que el lóbulo temporal izquierdo es importante para la
memoria verbal y el derecho para la memoria visuoespacial; que las areas
prefrontales son importantes para establecer estrategias de memorización o de
evocación; que en el lóbulo parietal izquierdo se almacenan habilidades motoras
adquiridas.
Al decir que las áreas prefrontales son importantes para
establecer las estrategias de memorización estamos diciendo que la memoria no
es un registro pasivo de lo que sucede a nuestro alrededor sino que un proceso
activo, en el cual la persona decide qué desea recordar, a qué dirigir su
atención para conservarlo. Algo similar sucede al evocar, uno se acuerda mejor
de lo que le interesa, y la organización de los recuerdos depende de los
propósitos del momento.
Existen distintos tipos de memoria; podemos
destacar la memoria declarativa y la procedural. La primera es la memoria
sobre las cuales podemos ser interrogados verbalmente, incluye la memoria
episódica y la semántica. La episódica se refiere a recordar sucesos precisos
en el tiempo y el espacio, propios de cada individuo: que hizo el miércoles a
mediodía, cuáles son las palabras que repitió hace un par de minutos. La
memoria semántica es cultural, se refiere a conceptos que se han ido
enriqueciendo con la experiencia: qué es el genoma humano, qué podemos
encontrar en un supermercado.
La memoria procedural, en cambio, se refiere a la
adquisición paulatina de habilidades: aprender a manejar un auto, a reconocer
diversos tipas de flores, a vestirse o usar la gramática. Estas habilidades no
pueden ser interrogadas, para comprobar que se las ha adquirido es neecesario
demostrarlo.
La complejidad de la memoria implica que existen
muchos tipos de amnesias, por lesiones de diversas zonas del cerebro (e
incluso sin lesiones, en las amnesias de origen psicológico). Las lesiones del
hipocampo, como sucede en la primera etapa de la enfermedad de Alzheimer,
causan una incapacidad de conservar información episódica nueva; el paciente
puede evocar bien sucesos antiguos pero olvida lo reciente. En las lesiones
frontales el sujeto es pasivo frente a lo que observa o frente a lo que le
piden evocar; en las lesiones temporales izquierdas el paciente no logra
aprender series de palabras, pero si puede memorizar imágenes; a veces en las
lesiones parieto-temporales derechas el paciente pierde la habilidad de
vestirse que había adquirido en la infancia.
La perdida de memoria es una de las mayores amenazas
para el cerebro que envejece. En efecto, si bien a cualquier edad pueden
aparecer enfermedades cerebrales que causan fallas de memoria, son más
frecuentes en los adultos mayores. Entre estas enfermedades queremos mencionar
la enfermedad de Alzheimer, el deterioro cognitivo leve, las lesiones
vasculares, el efecto de fármacos o drogas y los trastornos emocionales.
La enfermedad de Alzheimer corresponde a lo que
antes se llamó "arteriosclerosis cerebral" y es una enfermedad que
puede comprometer al 10% de los mayores de 65 años. Su causa es muy compleja:
los investigadores estudian el mal procesamiento de algunas proteínas
cerebrales, las fallas en sistemas de neurotransmisores, el efecto de radicales
libres sobre las neuronas, el exceso de calcio intracelular, etc. etc. La
importancia de estos estudios radica en que cada uno de ellos plantea distintas
posibilidades de tratamiento que están en estudio en innumerables laboratorios
de investigación básica y clínica.
Se inicia en forma insidiosa, generalmente con
fallas de la memoria reciente por el compromiso del hipocampo. En esa etapa
también aparecen los primeros errores de juicio y conflictos entre las
personas. En efecto, antes de saber el diagnóstico se critica al paciente por
descuidado, comete errores que lo perjudican a él o su familia, se hace incapaz
de cumplir con sus obligaciones. Cuando es llevado al médico a veces es difícil
estar seguros del diagnóstico, y muchas veces las familias van de un médico al
otro, buscando una seguridad o una solución que muchas veces no existe.
En la segunda etapa el compromiso de la corteza
cerebral determina que aparezcan trastornos del lenguaje (dificultad para
comprender textos complejos, para evocar palabras, distorsiones de las palabras)
y perdida de habilidades. Estas incluyen perdida de la orientación en el
espacio, trastornos del cálculo, torpeza motora, incluso pierden la capacidad
de vestirse o asearse sin ayuda. Además pueden agregarse cuadros de depresión
(también en la primera etapa) e ideas delirantes de perjuicio o celos.
Paulatinamente se va perdiendo la agilidad y el control
de los esfínteres, hasta que en la tercera etapa el paciente queda postrado
en cama. Ahí es necesario alimentarlo y asearla como si fuera un lactante. Finalmente
fallece por complicaciones.
En el envejecimiento normal existe una discreta
disminución de la memoria episódica y de la velocidad de reacción. En el Deterioro
Cognitivo Leve existe una pérdida significativa de la memoria y a veces de
otras capacidades, sin que llegue al grado necesario para hablar de demencia
coma sucede en la enfermedad de Alzheimer. En algunos casos la causa de este
deterioro sería un trastorno emocional, reversible con el tratamiento adecuado;
otras veces puede deberse a un conjunto de fármacos o de alcohol; otras veces
puede tratarse de una enfermedad de Alzheimer muy inicial
Debemos destacar quo la depresión (presente en
el 24 % de los adultos mayores según la encuesta SABE) puede inhibir funciones
tales como la atención y la memoria, hasta llegar a constituir las llamadas
"pseudo demencias". El diagnóstico de estas afecciones es muy
importante porque el tratamiento puede lograr una mejoría total,
Las lesiones vasculares del cerebro se asocian a la
hipertensión arterial, la diabetes mellitus, dislipidemias, cardiopatías, y a
la edad. El tabaco y el sedentarismo también aumentan el riesgo de sufrir una
lesión cerebro vascular. Estas lesiones pueden ser hemorrágicas (cuando se
rompe una arteria) o isquémicas (cuando se obstruye, causando un infarto
cerebral). El efecto depende de la zona del cerebro lesionada: una hemiplejia
(parálisis de un hemicuerpo), una afasia (trastorno del lenguaje), un defecto
sensitivo, a veces un estado de confusión mental, y otros, si comprometen zonas
que influyen en la memoria causaran amnesias, a veces demencias
¿Cómo evitar estas lesiones cerebrales? ¿Cómo
enfrentarlas si se producen? Para evitarlas es muy importante el estilo de
vida. En efecto, una persona que se hace chequeos de salud, si llega a tener
una diabetes mellitus o una hipertensión, podrá tratarlas antes que dañen las
arterias. Una persona que evita la obesidad o el sedentarismo disminuye el
riesgo de sufrir esas enfermedades u otras similares, además de que mejora su
autoestima.
Se sabe que la escolaridad y la actividad mental disminuyen el
riesgo de demencia (o la hacen manos severa). La interacción social aumenta la
autoestima y disminuye el riesgo de depresión o de que el desuso contribuya a
la involución de las neuronas. Reducir al mínimo el consumo de alcohol y dragas
reduce el peligro de sufrir sus efectos.
Si se ha producido una enfermedad cerebral
vascular es necesario un chequeo completo para tratar los factores de
riesgo (hipertensión, diabetes mellitus, dislipidemia, cardiopatías). a veces
se detecta una carótida muy estrecha que es necesario intervenir; a veces se
requiere un tratamiento anticoagulante. Cuando hay infartos cerebrales, casi
siempre el ácido acetilsalicílico (u otros fármacos similares) pueden reducir
el peligro de nuevas trombosis. Por otra parte el paciente debe recibir una
rehabilitación, según sus secuelas.
Con respecto a la enfermedad de Alzheimer, existen
fármacos que pueden ayudar. Su eficacia no es segura, pero ayudan en un
porcentaje de los casos y pueden postergar uan invalidez mas grave. Junto a
eso, es útil que el paciente sea estimulado, que tenga actividades mentales y
físicas acordes a su estado (y evitando accidentes). Finalmente, la familia
debe aprender a cuidar de ese enfermo, debe conocer los riesgos que implican
las demencias y cómo evitarlos, debe aprender a darse cuenta de su propio
recargo y stress.
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