A lo largo de la historia, el ser humano ha buscado
incesantemente la llave hacia la eterna juventud. De distintas maneras, el
hombre ha manifestado siempre su descontento hacia el deterioro físico y
mental, y ha indagado sobre alternativas que le garanticen una vida prolongada
y saludable. Pero el camino que conduce hacia la longevidad es complejo, máxime
en la postmodernidad. Numerosos factores ambientales a los que nuestros
antecesores no estaban expuestos, ponen en peligro el bienestar del cuerpo
humano y aceleran procesos de desgaste; entre ellos el estrés extremo y el daño
causado por la sobreutilización de ciertas herramientas tecnológicas.
Llegar de manera saludable a la tercera edad no resulta fácil, debido al aumento de las enfermedades crónicas y a la progresiva fragilidad. El internista tiene un papel imprescindible para envejecer de la mejor forma posible, manteniendo la funcionalidad física.
El envejecimiento es un proceso deletéreo, progresivo, intrínseco y universal que con el tiempo ocurre en todo ser vivo a consecuencia de la interacción de la genética del individuo y su medio ambiente.
Podría también definirse como todas las alteraciones que se producen en un organismo con el paso del tiempo y que conducen a pérdidas funcionales y a la muerte.
Es difícil determinar el momento en que éste se inicia, algunos autores consideran que se manifiesta a partir del momento de la máxima vitalidad alrededor de los 30 años en el hombre.
Probablemente, el envejecimiento (al contrario del crecimiento) no es un fenómeno genéticamente programado. En la actualidad el período de vida del ser humano se cuantifica con un máximo de 120 años, cuando los fenómenos intrínsecos del crecimiento y del envejecimiento se desarrollan en un medio adecuado. De no ser así, la duración cronológica de la vida humana se reduce proporcionalmente, aun cuando el espacio biológico sea en todos los individuos el mismo. Se comprende como espacio biológico la totalidad de ciclos completos de actividades celulares o de órganos que un individuo realiza desde que nace hasta que llega a su muerte fisiológica. Cuando se agota sucede la muerte.
Características generales del envejecimiento humano.
Aunque los caracteres externos del envejecimiento varían de una raza a otra, y de una persona a otra, se pueden citar algunas características generales del envejecimiento humano:
Pérdida progresiva de la capacidad visual: Síntomas que
conducen a la presbicia, miopía, cataratas, etc
Pérdida de la elasticidad muscular.
Pérdida de la agilidad y capacidad de reacción refleja.
Degeneramiento de estructuras óseas: aparición de
deformaciones debido a acromegalias, osteoporosis, artritis reumatoideas.
Aparición de demencias seniles: Alzheimer.
Pérdida de la capacidad de asociación de ideas.
Distensión creciente de los tejidos de sostén muscular
por efecto de la gravedad terrestre (caída de los senos en la mujer, pérdida de
la tonicidad muscular).
Pérdida progresiva de la fuerza muscular y de la
vitalidad.
Aumento de la hipertensión arterial.
Pérdida de la capacidad inmunitaria frente a agentes
contagiosos.
Disminución del colágeno de la piel y de la absorción de
proteínas, aparición de arrugas.
Pérdida progresiva de los sentidos del gusto y de la
audición.
Pérdida progresiva del lívido, disminución de la
espermatogénesis en el hombre; menopausia en la mujer.
Para conseguir un envejecimiento saludable es
imprescindible realizar una estimación de la esperanza de vida del paciente y
establecer un programa específico para mantener la funcionalidad física y
cognitiva.
Para conseguir envejecer de manera saludable y superar
los 65 ó 70 años en buenas condiciones es necesario controlar las enfermedades
infecciosas y crónicas, mejorar los parámetros nutricionales y establecer
medidas de prevención primaria y secundaria. El médico debe contar con más
recursos y experiencia. La experiencia no se asocia con calidad o con un
envejecimiento más exitoso, mientras que el gasto sanitario sí, lo que nos hace
pensar que no basta con el esfuerzo del especialista para conseguir un
envejecimiento saludable, sino que debe contar con los recursos necesarios.
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